
Un duelo secreto: el duelo silencioso (Parte Il)
03. DUELO
En lo que se refiere al duelo perinatal se trata de una
situación única y dura para la mujer y su pareja. La Mtra. Anna Cecilia Ibarra
Medina-Mora, psicoterapeuta adscrita a la Coordinación de Psicología del
instituto Nacional de Perinatología, afirma que se trata de un evento
traumático que se recordará toda la vida y que constituye una fuente de
ansiedad importante para un siguiente embarazo.
“Los padres se llegan a ver envueltos en un clima de
soledad, debido a la falta de comprensión por parte de la familia, la sociedad
e inclusive el equipo de salud; por esto se describe como ‘duelo
desautorizado’, pues es una pérdida que socialmente no se reconoce como se
reconocería cualquier otra”, menciona la Mtra. Ibarra. “Desde mi experiencia
atendiendo parejas con pérdidas perinatales, sugiero explicarles a ambos padres
las reacciones emocionales y conductuales que suelen presentarse durante el proceso
de duelo, ya que algunos papás refieren que sus esposas no los deben ver
tristes, pues ellos son su apoyo principal y, por otro lado, las mujeres
perciben a sus parejas como lejanas y frías, preocupadas solamente por los
trámites hospitalarios”.
Cuando se “autoriza” el duelo para ambos y se sugiere la
expresión emocional y la comunicación en la pareja, normalmente los duelos se
viven con menos conflictos, apunta la especialista. Entre los factores que
comúnmente suelen complicar el proceso de duelo, además de la falta de atención
especializada, se encuentran:
- Trastornos
psiquiátricos previos que no hayan tenido atención especializada.
- Pérdidas
previas y duelos no elaborados.
- Falta
de apoyo familiar y social.
- Estilos
de afrontamiento poco adaptativos o funcionales.
- Uso
de psicofármacos para inhibir los síntomas. No manifestar el dolor.
A su vez, la Dra. Lourdes González, médico genetista, agrega
que en el evento psicológico asociado se presenta depresión o ansiedad en
mujeres que no hubieran presentado psicopatología, o puede empeorar una
psicopatología preexistente cuando ya estuviera controlada. Además, hay
factores que influyen en la severidad de estos casos, como qué tan buscado era
ese embarazo, si es la primera o es un caso de pérdidas en repetición, qué
tanta esperanza estaba puesta en ese embarazo con la mujer y la pareja. Cuando está
asociada a una patología de fondo ya conocida, esto puede detonar un incremento
en el índice de psicopatología asociada. La vivencia para el padre es variable,
dependiendo de la situación de la pareja, por la importancia que haya
establecido en ese embarazo.
“Duelos no resueltos son bastante frecuentes, en especial en
más de una pérdida gestacional y más cuando no se ha logrado un embarazo a
término después de las pérdidas gestacionales. Mientras que un duelo silencioso
se da por falta de información, hay culpa, no se reconoce lo frecuente que es y
pocas personas se sienten abiertas para hablar de ello”, apunta la Dra.
González.
04. TRATAMIENTO
Después de la noticia de la pérdida sigue la intervención
médica y de ahí en adelante comenzar a vivir el duelo. Hay duelos que son
normales en tiempo e intensidad, pero siempre la ayuda de un profesional de la
salud puede brindar un camino y estructura, así como apoyar a acomodar racional
y emocionalmente lo sucedido. Es por ello que existe una necesidad de
identificar las condicionantes del duelo para hacer una intervención temprana y
oportuna en la pareja que sufre una pérdida perinatal.
La Mtra. Ibarra explica que el soporte que da el equipo de
salud, médicos y enfermeras, ayuda a contener las manifestaciones emocionales,
de ansiedad y depresión, y previene síntomas de estrés postraumático, de modo
que durante la hospitalización se procura ofrecerle a la pareja un espacio
privado donde no tengan contacto con otros bebés recién nacidos o con mujeres
embarazadas.
“Debemos procurar que la paciente se encuentre acompañada
por su pareja en todo momento, desde el diagnóstico hasta la resolución en el
quirófano. Una vez que se resuelve, se les permite a los padres cargar a su
bebé el tiempo que deseen y se les ofrece recuerdos de su bebé que estén
disponibles, como una tarjeta en donde el personal de enfermería imprime las
huellas del bebé o el ultrasonido”, precisa la psicoterapeuta.
Además de la intervención psicológica y la contención
emocional, durante la hospitalización el equipo de salud mental deberá
proporcionar psicoeducación con relación a las reacciones emocionales y
conductuales que puedan experimentar los padres.
“Normalmente les explicamos las tareas del proceso de duelo
y se les otorga un folleto informativo sobre el duelo perinatal, con datos de
contacto para recibir atención especializada. He observado que a la familia le
duele el sufrimiento de sus seres queridos, y no saben cómo abordarlo y
contenerlo, llegan a referir que no hablar sobre la pérdida es una manera de
protegerlos, ‘pues no se los recuerdan’. Es importante hacerles ver que los
padres se acuerdan todos los días a todas horas de su hijo y que facilitar la
expresión emocional de los padres será la mejor manera de apoyarlos. Les
recomendamos tener un ritual, respetando las creencias de cada pareja, pues los
rituales funerarios ayudan al proceso del duelo”, complementa la Mtra. Ibarra.
Si la pérdida es tardía, los restos del bebé son entregados
a los padres. La Dra. González señala que ha visto que todo ritual apoya al
duelo; sin embargo, hay quienes prefieren no ver al bebé o que no les sea
entregado, ya que pareciera no ayudarles en la resolución del duelo. “Pese a
ello, en gran parte de los casos dar sepultura, poner nombre e identificar el
lugar donde se encuentre su hijo apoya al cierre del duelo. En el caso de no
tener el cuerpo de su bebé, se recomienda hacer el ritual con algún objeto que
pueda ayudarles”.
Una forma de procesar el duelo es entendiendo qué fue lo que
pasó, por lo que la genetista recomienda que, si se diera el caso de una
segunda pérdida, se le haga un estudio genético al bebé para poder determinar
la causa, siempre y cuando se hayan descartado las causas de infección y
enfermedades preexistente.
Sobre el tratamiento a seguir, la Mtra. Ibarra detalla que
se puede atender a la pareja o atender de manera individual a cada uno. En los
días posteriores a la pérdida, la intervención psicológica debe de ir dirigida
a:
- Permitir
la expresión de los aspectos emocionales: brindar acompañamiento
emocional.
- Prevención
de trastornos psiquiátricos derivados de duelos complicados por falta de
atención especializada.
- Validar
la pérdida.
- Postergar
un nuevo embarazo, ya que la pérdida del embarazo anterior será el marco
de referencia para vivenciar la siguiente gesta.
- Prevenir
que una nueva gestación se viva de manera traumática o con manifestaciones
emocionales, de depresión o de ansiedad. Los padres suelen presentar una
serie de sentimientos: culpa por traicionar al bebé que se perdió, temor
de establecer apego con el nuevo bebé y dificultad para mostrar
sentimientos positivos para la nueva gestación.
La especialista recomienda también leer sobre las tareas del
duelo de William Worden (https://www.gandhi.com.mx/el-tratamiento-del-duelo-asesoramiento-psicologico-y-terapia).
05. CONCLUSIÓN
El duelo por la pérdida gestacional es sumamente doloroso.
Sin importar la temporalidad del embarazo en el que se pierda, se vuelve aún
más complicado por el secreto y el silencio que se acostumbra guardar alrededor
de él. Se requiere de un apoyo especial, contención en pareja, apoyo de la
familia, los amigos y el círculo social.
Pensar que porque no se conoció al bebé no hay un vínculo
afectivo y apego es un error inmenso. Ya que, como se mencionó, desde el
conocimiento de que ese bebé existe se depositan muchas emociones, ilusiones y
amor en él. Por ello, es de vital importancia dar su lugar a ese pequeñito ser
vivo como se lo daríamos a cualquier otro.
Considero que el punto de partida para darle el valor que
enfrentar esta situación merece es hacerla de conocimiento público a todos. A
la par, se deben respetar los deseos de la pareja que ha perdido a su bebé,
sean lo que estos expresen, sin juzgar. Todo manejo de duelo es distinto en
cada persona, cada quien lleva sus duelos según sus herramientas emocionales e
intelectuales. Pero, si esta afronta es demasiado dura, si se siente que no hay
forma de salir de esa nube gris que creó la pérdida, es momento de pedir ayuda
profesional.
El trabajo con un especialista en duelos apoya a afrontar la
pérdida, a aceptar que ese pequeño que esperaban con tanta ilusión ya no está,
y a reacomodarlo en la vida para poder continuar con la misma. Hay casos en que
el duelo se vuelve depresivo o ansioso, por lo cual se echa mano de medicación
para apoyar a los pacientes a nivelar la química cerebral y lograr un manejo
psicoterepéutico más profundo.
Validar el duelo y el dolor de la pérdida es lo más
importante para poder comenzar un proceso de sanación. En este momento todo se
vale: enojarse, llorar, dormir, buscar respuestas, así como cualquier otra
reacción. El apoyo del círculo cercano, como son la familia y amigos, ayudará
al padre y a la madre a sobreponerse de su pérdida.
El duelo de la pérdida gestacional no debe ser un secreto,
apoyará ser acompañado y romper el silencio es lo que hará la diferencia en
este proceso tan difícil.
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