
¿Zoom fatigue syndrome?
¿Alguna vez le has comentado a alguien cercano que esta
“nueva forma de trabajar” te cansa mucho más? ¿Has experimentado un agotamiento
mayor al estar todo el día en una junta por medio de una videollamada? Para
responder estas preguntas, varias organizaciones han investigado el impacto de
esta nueva forma de comunicarnos en nuestra vida diaria.
La Escuela de Negocios de la Universidad de Harvardpublicó
un artículo en el que describen como las juntas y las interacciones sociales
por medio de Zoom son mucho más agotadoras que las juntas presenciales. A este
fenómeno se le ha descrito como “Zoom Fatigue Syndrome”. Este término es usado
para explicar cómo procesamos la información dentro de nuestro cerebro al estar
atentos a un video a diferencia de cómo procesamos la información en un
ambiente normal.
Imagínate que estás en una reunión dentro de una sala de
juntas. Tu jefe comienza a explicar los puntos fundamentales que se deben
realizar en la semana. Durante los primeros minutos de la junta estás muy
concentrado, pero en un momento determinado, escuchas un ruido inusual y tu
mente se pierde por algunos minutos. Al darte cuenta que ya no estás prestando
atención, decides preguntarle discretamente a tu colega más cercano lo que tu
jefe acaba de mencionar, tu colega te pone al corriente señalándote unos documentos
que tiene a la mano y así recuperas la atención en la junta. Durante el resto
de la junta pones la mayor cantidad de atención posible y para demostrar que
estás atento haces contacto visual una o dos veces con tu jefe durante todo el
tiempo que está hablando. Al terminar la junta, regresas a tu área de trabajo
listo para comenzar la semana. Después de leer esto ¿crees que durante las
juntas online pasa exactamente lo mismo?
Sabemos que al trabajar en línea esto es completamente
diferente. Existen muchos más distractores y sonidos y menos oportunidades de
poder regresar nuestra atención sin tener que encender nuestro micrófono e
interrumpir a la persona que está hablando. Los puntos centrales de estos son:
- En
una videollamada la manera de demostrar que ponemos atención es mirando
fijamente a la cara, mientras que en una conversación presencial no lo
hacemos tan constantemente
- El
psicólogo Gianpiero Petriglieri, en un artículo publicado por la BBC,
explica que al comunicarnos por medio de una videoconferencia, debemos trabajar
más para procesar señales no verbales, como expresiones faciales, el
tono de la voz y el lenguaje corporal
- El video
y el sonido en una videollamada siempre se presentan desfasados por
milisegundos, aunque la señal de Internet funcione correctamente, lo cual
influye negativamente en la percepción que tenemos de otras personas y
dificulta una buena comunicación
- Y,
por último, al poder ver nuestras expresiones faciales durante todo
el tiempo, estamos más atentos a ellas y a lo que la gente puede
interpretar de ellas, lo cual también quita nuestra atención de lo
verdaderamente importante.
Prestar más atención a estos puntos es lo que nos produce un
mayor cansancio en las juntas en línea.
¿CÓMO LUCHAR CONTRA ESTO?
En el artículo mencionado anteriormente de la Universidad de
Harvard nos brindan algunas recomendaciones para disminuir este cansancio
generado por las juntas en línea. Algunos de estos consejos son:
- Evitar
el multitasking: muchos estudios han demostrado que el intentar hacer
muchas cosas a la vez en lugar de mejorar nuestro rendimiento lo empeora y
hace que disminuya nuestra capacidad de concentrarnos en las actividades
que realizamos
- Tomar
descansos durante el día: descansar en la medida de lo posible de los
aparatos electrónicos. El simple hecho de dejar de ver la computadora por
algunos segundos a lo largo del día puede ser de gran ayuda
- No
ver nuestro propio video durante las juntas: ya que es un distractor
importante y puede afectar a nuestra capacidad de concentrarnos
- Cambiar
a llamadas de teléfono o mandar correos: entrar a las juntas
necesarias y realizar el resto de actividades por medio de otras
plataformas

Un duelo secreto: el duelo silencioso (Parte Il)
03. DUELO
En lo que se refiere al duelo perinatal se trata de una
situación única y dura para la mujer y su pareja. La Mtra. Anna Cecilia Ibarra
Medina-Mora, psicoterapeuta adscrita a la Coordinación de Psicología del
instituto Nacional de Perinatología, afirma que se trata de un evento
traumático que se recordará toda la vida y que constituye una fuente de
ansiedad importante para un siguiente embarazo.
“Los padres se llegan a ver envueltos en un clima de
soledad, debido a la falta de comprensión por parte de la familia, la sociedad
e inclusive el equipo de salud; por esto se describe como ‘duelo
desautorizado’, pues es una pérdida que socialmente no se reconoce como se
reconocería cualquier otra”, menciona la Mtra. Ibarra. “Desde mi experiencia
atendiendo parejas con pérdidas perinatales, sugiero explicarles a ambos padres
las reacciones emocionales y conductuales que suelen presentarse durante el proceso
de duelo, ya que algunos papás refieren que sus esposas no los deben ver
tristes, pues ellos son su apoyo principal y, por otro lado, las mujeres
perciben a sus parejas como lejanas y frías, preocupadas solamente por los
trámites hospitalarios”.
Cuando se “autoriza” el duelo para ambos y se sugiere la
expresión emocional y la comunicación en la pareja, normalmente los duelos se
viven con menos conflictos, apunta la especialista. Entre los factores que
comúnmente suelen complicar el proceso de duelo, además de la falta de atención
especializada, se encuentran:
- Trastornos
psiquiátricos previos que no hayan tenido atención especializada.
- Pérdidas
previas y duelos no elaborados.
- Falta
de apoyo familiar y social.
- Estilos
de afrontamiento poco adaptativos o funcionales.
- Uso
de psicofármacos para inhibir los síntomas. No manifestar el dolor.
A su vez, la Dra. Lourdes González, médico genetista, agrega
que en el evento psicológico asociado se presenta depresión o ansiedad en
mujeres que no hubieran presentado psicopatología, o puede empeorar una
psicopatología preexistente cuando ya estuviera controlada. Además, hay
factores que influyen en la severidad de estos casos, como qué tan buscado era
ese embarazo, si es la primera o es un caso de pérdidas en repetición, qué
tanta esperanza estaba puesta en ese embarazo con la mujer y la pareja. Cuando está
asociada a una patología de fondo ya conocida, esto puede detonar un incremento
en el índice de psicopatología asociada. La vivencia para el padre es variable,
dependiendo de la situación de la pareja, por la importancia que haya
establecido en ese embarazo.
“Duelos no resueltos son bastante frecuentes, en especial en
más de una pérdida gestacional y más cuando no se ha logrado un embarazo a
término después de las pérdidas gestacionales. Mientras que un duelo silencioso
se da por falta de información, hay culpa, no se reconoce lo frecuente que es y
pocas personas se sienten abiertas para hablar de ello”, apunta la Dra.
González.
04. TRATAMIENTO
Después de la noticia de la pérdida sigue la intervención
médica y de ahí en adelante comenzar a vivir el duelo. Hay duelos que son
normales en tiempo e intensidad, pero siempre la ayuda de un profesional de la
salud puede brindar un camino y estructura, así como apoyar a acomodar racional
y emocionalmente lo sucedido. Es por ello que existe una necesidad de
identificar las condicionantes del duelo para hacer una intervención temprana y
oportuna en la pareja que sufre una pérdida perinatal.
La Mtra. Ibarra explica que el soporte que da el equipo de
salud, médicos y enfermeras, ayuda a contener las manifestaciones emocionales,
de ansiedad y depresión, y previene síntomas de estrés postraumático, de modo
que durante la hospitalización se procura ofrecerle a la pareja un espacio
privado donde no tengan contacto con otros bebés recién nacidos o con mujeres
embarazadas.
“Debemos procurar que la paciente se encuentre acompañada
por su pareja en todo momento, desde el diagnóstico hasta la resolución en el
quirófano. Una vez que se resuelve, se les permite a los padres cargar a su
bebé el tiempo que deseen y se les ofrece recuerdos de su bebé que estén
disponibles, como una tarjeta en donde el personal de enfermería imprime las
huellas del bebé o el ultrasonido”, precisa la psicoterapeuta.
Además de la intervención psicológica y la contención
emocional, durante la hospitalización el equipo de salud mental deberá
proporcionar psicoeducación con relación a las reacciones emocionales y
conductuales que puedan experimentar los padres.
“Normalmente les explicamos las tareas del proceso de duelo
y se les otorga un folleto informativo sobre el duelo perinatal, con datos de
contacto para recibir atención especializada. He observado que a la familia le
duele el sufrimiento de sus seres queridos, y no saben cómo abordarlo y
contenerlo, llegan a referir que no hablar sobre la pérdida es una manera de
protegerlos, ‘pues no se los recuerdan’. Es importante hacerles ver que los
padres se acuerdan todos los días a todas horas de su hijo y que facilitar la
expresión emocional de los padres será la mejor manera de apoyarlos. Les
recomendamos tener un ritual, respetando las creencias de cada pareja, pues los
rituales funerarios ayudan al proceso del duelo”, complementa la Mtra. Ibarra.
Si la pérdida es tardía, los restos del bebé son entregados
a los padres. La Dra. González señala que ha visto que todo ritual apoya al
duelo; sin embargo, hay quienes prefieren no ver al bebé o que no les sea
entregado, ya que pareciera no ayudarles en la resolución del duelo. “Pese a
ello, en gran parte de los casos dar sepultura, poner nombre e identificar el
lugar donde se encuentre su hijo apoya al cierre del duelo. En el caso de no
tener el cuerpo de su bebé, se recomienda hacer el ritual con algún objeto que
pueda ayudarles”.
Una forma de procesar el duelo es entendiendo qué fue lo que
pasó, por lo que la genetista recomienda que, si se diera el caso de una
segunda pérdida, se le haga un estudio genético al bebé para poder determinar
la causa, siempre y cuando se hayan descartado las causas de infección y
enfermedades preexistente.
Sobre el tratamiento a seguir, la Mtra. Ibarra detalla que
se puede atender a la pareja o atender de manera individual a cada uno. En los
días posteriores a la pérdida, la intervención psicológica debe de ir dirigida
a:
- Permitir
la expresión de los aspectos emocionales: brindar acompañamiento
emocional.
- Prevención
de trastornos psiquiátricos derivados de duelos complicados por falta de
atención especializada.
- Validar
la pérdida.
- Postergar
un nuevo embarazo, ya que la pérdida del embarazo anterior será el marco
de referencia para vivenciar la siguiente gesta.
- Prevenir
que una nueva gestación se viva de manera traumática o con manifestaciones
emocionales, de depresión o de ansiedad. Los padres suelen presentar una
serie de sentimientos: culpa por traicionar al bebé que se perdió, temor
de establecer apego con el nuevo bebé y dificultad para mostrar
sentimientos positivos para la nueva gestación.
La especialista recomienda también leer sobre las tareas del
duelo de William Worden (https://www.gandhi.com.mx/el-tratamiento-del-duelo-asesoramiento-psicologico-y-terapia).
05. CONCLUSIÓN
El duelo por la pérdida gestacional es sumamente doloroso.
Sin importar la temporalidad del embarazo en el que se pierda, se vuelve aún
más complicado por el secreto y el silencio que se acostumbra guardar alrededor
de él. Se requiere de un apoyo especial, contención en pareja, apoyo de la
familia, los amigos y el círculo social.
Pensar que porque no se conoció al bebé no hay un vínculo
afectivo y apego es un error inmenso. Ya que, como se mencionó, desde el
conocimiento de que ese bebé existe se depositan muchas emociones, ilusiones y
amor en él. Por ello, es de vital importancia dar su lugar a ese pequeñito ser
vivo como se lo daríamos a cualquier otro.
Considero que el punto de partida para darle el valor que
enfrentar esta situación merece es hacerla de conocimiento público a todos. A
la par, se deben respetar los deseos de la pareja que ha perdido a su bebé,
sean lo que estos expresen, sin juzgar. Todo manejo de duelo es distinto en
cada persona, cada quien lleva sus duelos según sus herramientas emocionales e
intelectuales. Pero, si esta afronta es demasiado dura, si se siente que no hay
forma de salir de esa nube gris que creó la pérdida, es momento de pedir ayuda
profesional.
El trabajo con un especialista en duelos apoya a afrontar la
pérdida, a aceptar que ese pequeño que esperaban con tanta ilusión ya no está,
y a reacomodarlo en la vida para poder continuar con la misma. Hay casos en que
el duelo se vuelve depresivo o ansioso, por lo cual se echa mano de medicación
para apoyar a los pacientes a nivelar la química cerebral y lograr un manejo
psicoterepéutico más profundo.
Validar el duelo y el dolor de la pérdida es lo más
importante para poder comenzar un proceso de sanación. En este momento todo se
vale: enojarse, llorar, dormir, buscar respuestas, así como cualquier otra
reacción. El apoyo del círculo cercano, como son la familia y amigos, ayudará
al padre y a la madre a sobreponerse de su pérdida.
El duelo de la pérdida gestacional no debe ser un secreto,
apoyará ser acompañado y romper el silencio es lo que hará la diferencia en
este proceso tan difícil.

Un duelo secreto: el duelo silencioso (Parte I)
Cuando hablamos de la muerte imaginamos la pérdida de la
vida de personas con edad avanzada, principalmente a causa de una enfermedad o
algún accidente. Pero cuando se trata de un hijo, se ha estudiado mucho que es
una muerte que no se supera, aunque si se trabaja el duelo se puede aprender a
vivir con el dolor, que no se va, y que si bien permanece, permite regresar a
tener una vida en paz y con grandes periodos a disfrutar.
Son diferentes los autores que ya han referido,
especialmente desde la tanatología, la importancia de elaborar el duelo y de
algún modo llegar a superarlo. Hay una falta de naturalidad al enterrar a los
hijos; en realidad, es a los padres a quienes se entierra y es por ello por lo
que el duelo se vuelve tan complejo. ¿Pero qué pasa con el duelo cuando la
muerte es de un hijo que no nació vivo y se cree que, porque no se le conoció,
no es tan doloroso? Ese bebé, aunque no se tuvo en brazos, no se amamantó, no
se le cambió un pañal, no se le arrulló, sí fue amado, sí fue importante y sí
duele. Es una conclusión muy dura que sacar, porque un hijo deseado, que desde
el momento que se sabe que existe ya tiene una identidad, ya creó una familia
con esos padres que le dieron vida intrauterina, aunado a todas las fantasías
respecto a su mundo al lado de él. Por ello, aunque un hijo sea o no visto vivo
de forma extrauterina, es alguien que ya tiene toda la importancia para esos
padres, así hubiera tenido tan sólo unas cuantas semanas de gestación o haber
nacido a término sin vida.
Son todas estas condiciones las que lo convierten en un
duelo silencioso, en especial si la pérdida es en las primeras semanas de
gestación, cuando muy poca gente alrededor de la pareja conoce la noticia de
que están esperando un bebé. Cuando ese embarazo se pierde, el inicio del duelo
se da, en la mayoría de los casos, con que los padres no quieran hablar de
ello, por lo que además se vuelve un duelo secreto, y mientras menos gente sepa
al respecto, para ellos es mejor así: no deben lidiar con las respuestas de la
gente y con explicaciones que no se quieren dar. Esto está muy relacionado con
la culpa que se puede generar de que la pérdida se debe a alguna falla de algo
que se hizo o se omitió por la madre o la pareja, aunado al enojo que puede
provocar que haya sido una situación natural. Todo esto lo complica aún más
que, en la mayoría de los casos, se requiera de una intervención médica, ya sea
con farmacoterapia o con el ingreso a un quirófano. Por ello, pueden llegar a
surgir no solamente estados de estrés y depresión, sino también un trastorno de
estrés postraumático, ya que se vive como algo inesperado, en ocasiones urgente
de atender y que rompe con todas las esperanzas de la pareja.
Es importante considerar que las parejas que han buscado
lograr un embarazo durante un periodo de tiempo prolongado ponen en el bebé una
esperanza mayor y sufren más una pérdida a nivel emocional que aquellas que
lograron embarazarse con relativa facilidad. Así también podemos pensar que
mientras más adelantado esté el embarazo, más expectativas e ilusiones hay en
ese nuevo miembro de la familia que está por llegar. Me parece de suma
relevancia no menospreciar ningún momento de la pérdida, sin importar la historia,
cuánto tiempo de embarazo y conocimiento de este se tenía, ni tampoco si se
tiene más hijos o no. Ese hijo tiene identidad, es único, es importante para
los padres y el no verlo nacer y disfrutar de su presencia se convierte en un
dolor profundo y sin sentido. (https://www.eclipseigp.com/2019/11/02/la-muerte-mas-que-solo-una-perdida/)
Por otra parte, la falta de información y conocimiento
acerca de lo recurrentes que pueden ser las pérdidas gestacionales es lo que
lleva a que sea una sorpresa muy grande, ya que la población en genaral no
conoce las estadísticas de la prevalencia de las muertes gestacionales, ni
mucho menos las causas genéticas o fisiológicas de estas. Me he encontrado con
historias de mujeres que sufren, además del duelo de la pérdida de sus hijos,
el linchamiento social de haber informado su embarazo de forma viral con muy
poco tiempo de anticipación; es decir, antes de la semana 12. Qué duro es no
conocer que uno de cada cinco embarazos se pierde en esta temprana etapa, pero
que si se sabe genera mucho miedo e incertidumbre durante el primer trimestre
del embarazo.
Por todas estas razones tomé la decisión de investigar más
con tres grandes profesionales de la salud, a quienes agradezco profundamente
su participación, lo que lleva a las pérdidas gestacionales, la prevalencia,
las causas y el duelo.
- CLASIFICACIÓN
Y CAUSAS
El Dr. Mario Roberto Rodríguez Bosch, médico
gineco-obstetra, subdirector de ginecología y obstetricia del Instituto
Nacional de Perinatología (INPer) (https://www.gob.mx/salud/inper),
explica que la pérdida gestacional se puede dar en tres momentos del
embarazo:
- Pérdida
gestacional temprana. Incluye los abortos antes de las 12 semanas de
gestación, cuya frecuencia varía entre un 10% y un 20% de los embarazos.
Sin embargo, es probable que el porcentaje de pérdidas sea mucho mayor -y
por ende la prevalencia-, ya que muchos de estos embarazos en etapa
temprana pueden todavía no ser diagnosticados. La causa más frecuente en
esta etapa, hasta en un 50% de los casos, se debe a alteraciones
cromosómicas en el producto de la concepción.
- Pérdida
fetal.
- Temprana:
después de las 13 y antes de las 20 semanas de gestación.
- Tardía:
a partir de la semana 20 de gestación y, sobre todo, cuando los embarazos
ya son a término. También se les llama óbito fetal o muerte fetal
intrauterina.
La prevalencia de estos dos subtipos en general se sabe que
ocurren de dos a tres pérdidas por cada mil embarazos.
Respecto a las causas y las prevalencias en las frecuencias
de pérdida fetal temprana y tardía varían mucho según la condición clínica del
paciente, lo que incrementa los factores de riesgo para pérdidas gestacionales.
- Edad:
el corte se estudia en menos de 35 y más de 35 años
- Enfermedades
como: diabetes mellitus, hipertensión arterial, enfermedades
crónico-degenerativas, trombofilias, presencia de anticuerpos
antifosfolípidos, patología tiroidea, entre muchas otras.
Por otra parte, la Dra. Lourdes González del Rincón, médico
genetista, comparte que el papel de la genética es muy importante porque aunque
existen varias causas de pérdida gestacional o de pérdida gestacional
recurrente, como son las malformaciones uterinas internas o las infecciones,
una de las causas más importantes son las genéticas. En particular en las
parejas que tienen dificultad para embarazarse o que tienen dos o más pérdidas
gestacionales, siempre hay que descartar una causa de origen genético, materna
o paterna, que pudiera estar condicionando esto.
“Es importante considerar que la pérdida gestacional es muy
frecuente, es hasta cierto punto natural que cuando un embrión tiene una carga
genética inadecuada o una alteración cromosómica seria, tenga dificultades para
implantarse o que proliferen las células y esos embriones suelen perderse en
estadios tempranos”, destaca la Dra. González. “Hay mucha frecuencia de
pérdidas gestacionales en las que las mujeres no se enteran por ser en las
primeras semanas de gestación y pueden incluso representar un pequeño retraso
en la regla”.
02. IMPACTO PSICOLÓGICO
Es sumamente fuerte en la mayoría de las ocasiones. Este
incluye dolor, culpa, enojo, duelo y una resolución médica como puede ser
farmacoterapia, así como intervenciones quirúrgicas -un legrado o una cesárea-,
entre otras. Todo ello lleva a clasificar así mismo en la intensidad de la
pérdida. Si bien en ningún momento del embarazo se está preparado para la
pérdida, en la medida que este avanza en tiempo y formación del bebé el impacto
de su muerte será mayor.
El Dr. Rodríguez Bosch señala que en la pérdida fetal el
impacto es mayor. Desde el punto de vista de la mujer se rompe una expectativa,
se rompe un plan, se genera un proceso de duelo por la pérdida. Obviamente hay
pacientes que procesan ese duelo de una manera positiva y menos patológica, y
hay pacientes que requieren de mucho apoyo psicológico y psiquiátrico.
“El padre prácticamente tiene el mismo impacto; sin embargo,
a veces culturalmente tenemos la formación de la fortaleza de la familia: el
que no llora y no tiene derecho a tener un proceso de duelo. Y a veces resulta
que la superación de este proceso de duelo es más compleja que en la mujer,
porque él no puede sufrir su pérdida y vivir un proceso de duelo fisiológico
como el de ella”, destaca el médico gineco-obstetra.
En la siguiente entrega conoceremos más sobre el proceso de
duelo y el tratamiento que se le debe de dar desde un enfoque
psicológico.

Salud mental en tiempos de COVID-19
LAS EMOCIONES Y SU RELACIÓN CON LA SALUD MENTAL Y FÍSICA
La psiquiatra Marian Rojas Estapé explica en su libro “Cómo
hacer que pasen cosas buenas” la relación entre nuestras emociones y nuestra
salud tanto física como mental. Describe desde la neurociencia que “toda
emoción tiene un reflejo bioquímico dentro del cuerpo”. Esta afirmación es
explicada por la neurocientífica Candace Pert, quien al estudiar la bioquímica
de las emociones descubrió que cada emoción activa la producción de sustancias
en nuestro cerebro, afectando directamente tanto la fisiología, el comportamiento
y la genética del mismo. Partiendo de esto, se concluyó que la emoción está
asociada con la enfermedad. Siempre que se expresa una emoción el cuerpo humano
responde. De la misma forma que cuando se niega la expresión de las emociones,
éstas se quedan reprimidas en el cuerpo, causando daños en el individuo.
En el mismo sentido, la doctora Rojas describe que altos
niveles de estrés durante un tiempo prolongado tienen un efecto directo sobre
el sistema inmune, causando una falla en su función y así dejando al individuo
más vulnerable ante la enfermedad física.
SALUD MENTAL Y FÍSICA EN TIEMPOS DE COVID-19
En los últimos meses, como explicamos en el artículo
“Labilidad emocional y confinamiento”, la ansiedad y la depresión han
incrementado desde que inició la pandemia por el coronavirus.
Según la Organización Panamericana de la Salud existen
factores estresantes relacionados con el COVID-19 que han causado un deterioro
en la salud tanto mental y física de la mayoría de la población mundial.
Algunos de estos factores son el riesgo por estar infectado e infectar a otros,
la confusión de otros problemas de la salud con el coronavirus, ser una persona
vulnerable a la enfermedad, el aislamiento, la crisis económica, entre muchos
otros. Todos estos factores han causado efectos psicológicos negativos como
confusión, cansancio, estrés, un menor desempeño, una mayor confusión y
agotamiento, pudiendo generar trastornos mentales.
Entender los efectos de la pandemia en nuestra salud mental
es esencial para un adecuado manejo de ellos. Por lo tanto, explicaremos más a
fondo algunas de las causas o factores relacionados tanto con la ansiedad como
con la depresión.
COVID-19 Y ANSIEDAD
La psicóloga Liz Basáñez, en un artículo publicado por la
revista Forbes, explica que muchos de los síntomas de ansiedad que podemos
llegar a presentar por la situación mundial pueden ser confundidos con los
síntomas específicos del COVID-19 al ser los mismos, como la dificultad para
respirar, la boca seca y la diarrea.
No obstante, la diferencia principal entre estos síntomas
para considerarlos como parte de la ansiedad o como parte del virus es que los
síntomas derivados de la ansiedad no son persistentes, sino que están
relacionados con un estado emocional específico o con pensamientos
catastróficos.
Por ejemplo, en el caso de la dificultad para respirar
causada por ansiedad, ésta no es constante, sino que en momentos de mucha
angustia puede llegar a mostrar su manifestación más alta. En el caso de la
boca seca, podemos notar que al estar en un estado de ansiedad, la humedad del
cuerpo se generaliza provocando sequedad en la boca y en los lagrimales.
Mientras que en el caso de la diarrea, cuando está relacionada con la ansiedad,
puede ser causada por una colitis nerviosa. Todos estos síntomas, al derivar de
un estado de angustia, pueden provocar una confusión en la persona que los
padece y atribuirlos a una causa física (como tener coronavirus), por lo que es
importante identificar esta sensación de angustia y trabajar con ella. En
cambio, cuando estos síntomas son presentados de manera persistente y no
dependen del estado de ánimo, es importante ponerse en contacto con un médico
para el adecuado diagnóstico y manejo de ellos.
COVID-19 Y DEPRESIÓN
La relación de la pandemia con la depresión es explicada por
los psicólogos Melinda Smith y Lawrence Robinson. Estos autores describen que
tanto el estrés, el aislamiento, los problemas económicos y los duelos vividos
durante estos meses pueden generar síntomas depresivos o exacerbar los síntomas
de una depresión ya diagnosticada. Explican que dos factores importantes en la
depresión frente a la pandemia son el aislamiento y la soledad, y la ansiedad y
el estrés.
Las circunstancias actuales nos obligan a estar distanciados
físicamente de otros, por lo que recibir el apoyo de otros es más complicado. O
bien, nos obligan a mantenernos en un ambiente hostil y violento, lo que
repercute también en nuestra salud mental (puede ser más dañino que permanecer
solo). Por otra parte, el miedo o la incertidumbre de la situación mundial
también pueden llegar a provocar un nivel alto de estrés y ansiedad al salirse
de una preocupación esperada y provocar cuadros de depresión importantes.
ENTONCES, ¿QUÉ PODEMOS HACER AL RESPECTO?
El hecho de que tanto las emociones como la salud física
estén relacionadas nos brinda mayores oportunidades de incidir en nuestra
salud. Desde el punto de vista médico en el tratamiento de la enfermedad física
y desde el punto de vista psicológico en la gestión de las emociones. Un
tratamiento psicológico adecuado puede desde prevenir problemas físicos hasta
brindar las herramientas necesarias para hacer frente a una enfermedad médica,
de manera que la persona que la padezca pueda sobrellevarla de mejor manera.
Para ello, el Instituto Nacional de Salud Mental brinda
algunas recomendaciones:
- Estar
al cuidado de nuestro cuerpo: realizar meditaciones, comer de manera
saludable, realizar ejercicio físico constantemente y dormir las horas
necesarias
- Tomarse
el tiempo para realizar actividades placenteras
- Estar
siempre en contacto con otras personas: ponerse en contacto, ya sea
por teléfono o videollamada, con personas importantes para hablar sobre
las preocupaciones y también sobre cosas positivas del día a día
- Establecer
metas realistas sobre lo que se espera lograr: reconocer lo que se ha
logrado al final de cada día (aunque sean cosas pequeñas)
- Concentrarse
en los hechos sobre el COVID-19 de manera que se logre una compresión
del riesgo real del virus en cada persona y la gente que la rodea (esto
puede disminuir el estrés al llegar a presentar algún brote)
- Es
importante saber las medidas adecuadas que se tomarían en caso de
presentar el virus, de manera que si se presenta haya más claridad al
momento de actuar
- En
caso de contar con un nivel de estrés que repercute en las actividades
diarias es importante ponerse en contacto con un profesional de la
salud mental

¿Qué es la resiliencia?
Se le llama resiliencia a la capacidad de superar los eventos adversos y a ser capaz de tener un desarrollo exitoso, a pesar de malas circunstancias como la muerte de un ser querido, traumas graves, maltrato, e incluso la pandemia mundial por COVID-19.
Es importante mencionar que el concepto de resiliencia no
solo se refiere a la capacidad de sobreponerse a momentos difíciles y
adaptarse, sino que también indica volver a la normalidad. Esto incluye
conductas, pensamientos y acciones que pueden ser aprendidas y desarrolladas
por cualquier persona.
Esta habilidad exitosa para afrontar el estrés no viene
solamente de nosotros mismos, sino que hay factores que le ayudan: nuestro
temperamento y nuestras características personales, como la inteligencia, la
familia, el ambiente de comunidad en el que vivimos y el apoyo que tenemos a la
mano.
¿Cómo es una persona resiliente?
Alguien resiliente es asertivo, convierte su dolor en una
virtud y toma decisiones correctas a pesar de tener miedo de lo que pueda
causar.
Ser resiliente no quiere decir que no se experimente dolor o
grandes dificultades. El dolor y la tristeza son comunes cuando se sufren
grandes adversidades o traumas; el camino hacia la resiliencia probablemente
esté lleno de dificultades que afectan nuestro estado emocional.
10 formas de construir resiliencia
- Establezca
relaciones: establecer buenas relaciones con familiares cercanos,
amistades y personas importantes en su vida. Aceptar ayuda y apoyo de las
personas queridas.
- Evite
ver la crisis como obstáculos insuperables: no podemos evitar eventos
adversos, pero sí podemos cambiar la manera de interpretarlos y de
reaccionar frente a ellos.
- Acepte
que el cambio es parte de la vida: aceptar lo que no puede cambiar ayuda a
enfocarse en las circunstancias que sí podemos cambiar.
- Muévase
hacia sus metas: desarrolle metas realistas y enfóquese en las cosas que
puede lograr hoy.
- Lleve
a cabo acciones decisivas actuando de la mejor manera que pueda.
- Busque
oportunidades para descubrirse a sí mismo: como resultado de la lucha, las
personas aprenden algo sobre sí mismas y crecen a nivel personal, tienen
mayor sensación de autoestima y aprecian más la vida.
- Cultive
una visión positiva de sí mismo: confíe en su capacidad para resolver
problemas.
- Mantenga
las cosas en perspectiva: amplíe el contexto de lo que le causa dolor y
evite ver el evento fuera de su proporción.
- Nunca
pierda la esperanza: visualice lo que quiere en vez de preocuparse por lo
que teme.
- Cuide
de sí mismo: preste atención a sus necesidades y deseos. Haga cosas que lo
relajen.
Referencias
Iglesias, E. B. (2006). Resiliencia: definición,
características y utilidad del concepto. Revista de psicopatología y
psicología clínica, 11(3), 125-146. https://doi.org/10.5944/rppc.vol.11.num.3.2006.4024
American Psychological Association. (2011). El
Camino a la Resiliencia. http://www.apa.org/centrodeapoyo/resiliencia-camino

Papás frente a la discapacidad de sus hijos
La discapacidad es la falta de una estructura o función en
el ser humano, la cual puede ser psicológica, física o fisiológica, sensorial e
intelectual, y que afecta directamente a las actividades consideradas normales
dentro de los individuos de un mismo grupo. La discapacidad puede ser temporal
o permanente y puede darse desde el nacimiento o, posteriormente, a causa de
algún suceso imprevisto durante el desarrollo de la persona.
En el momento que se tiene conocimiento del inicio de un
embarazo, tanto la madre como el padre comienzan a imaginar a su hijo. Son
nueve largos meses que les permiten idear todo tipo de detalles: desde el sexo
del bebé, la forma en que será cuidado, hasta los colegios a los que asistirá.
Imaginan las actividades deportivas que llevará a cabo y a qué se va a dedicar,
entre muchas cosas más. Todas ellas son fantasías que, en el caso de que exista
una discapacidad congénita, llevan a los papás a cuestionarse: ¿Qué hice mal?
¿Cuál es el origen de este problema? ¿Es herencia mía? ¿Es herencia de mi
pareja? ¿Sucedió algo indebido en el embarazo?
Asimismo, en caso de que la discapacidad se deba a un
accidente o descuido, el sentimiento de culpa se vuelca hacia los progenitores,
quienes piensan que debieron estar más al pendiente de sus hijos o que debieron
hacer algo para evitarlo. Buscar culpables no curará el dolor de ver a un hijo
sufrir. La realidad es que el duelo que se vive alrededor de estos casos debe
seguir su curso y, finalmente, llegará a la propia sanación. Cuesta trabajo
admitir que un hijo sufre de algún problema, tener que darle un “trato
especial” cuando uno quisiera que fuera como todos los demás, pero cuesta aún
más tomar las riendas de la situación y encontrar una solución.
Una vez que los papás son conscientes de la discapacidad del
hijo, atraviesan el proceso de duelo y aceptan la situación, pueden comenzar a
darle el apoyo que necesita y utilizar las herramientas adecuadas para sacarlo
adelante. Algunas de las acciones concretas que pueden realizar consisten en
atender sus necesidades más básicas, como son comida, aseo y vestido; darle
seguridad como algo primordial que se proporciona a partir del cobijo
emocional, y brindar apoyo en todos los niveles con el fin de que, por
ejemplo, el hijo sepa que puede contar con la paciencia de sus papás para poder
entender una operación matemática, en caso de que la discapacidad sea a nivel
neurológico, o cuando vea que las fisioterapias avanzan lentamente, pero con la
seguridad de lograr una pronta recuperación, en caso de una discapacidad
física.
A continuación, es importante que el chico sienta afecto y
tenga una vida social dentro de los estándares normales: que asista a la
escuela, conviva con su grupo de pares, se apoye en sus compañeros, amigos y
hermanos. Que sea reconocido por sus éxitos, se le dé respaldo y pueda sentir
el respeto de los demás, le llevará a tener la confianza básica en sí mismo
para poder seguir adelante, sin ningún impedimento. Finalmente, hay que
permitir que se exprese (en la forma en la que le sea posible), con el objetivo
de que sea él mismo quien dé solución a sus problemas y pueda enfrentarse a la
vida por sí solo.
Si bien cualquier persona con la discapacidad que sea sufre
porque no se encuentra en las mismas condiciones que otros de su grupo de
pares, también lo padres atraviesan momentos de mucho dolor, aunque socialmente
pareciera que no les “está permitido”, ya que son ellos quienes deben dar
respuesta en todo momento a las necesidades de sus hijos. Sin embargo, los
padres también sufren al ver a sus hijos en esta situación, lo cual genera
dolor; existe el deseo de poder cambiarlo y la impotencia de no lograrlo. Llegar
a aceptar que un hijo sufre así es un proceso difícil y complicado, pero una
forma de lograrlo es por medio de la terapia que permite tener un espacio para
poder hablar de todo: frustraciones, enojo, dolor, alegrías y logros, por
mencionar solo algunos temas, y poder desahogarse con el objeto encontrar las
herramientas para dar el apoyo que realmente necesita un hijo con discapacidad.
Es síntoma de fortaleza pedir ayuda.

“MINDFUL EATING” o Alimentación con atención plena
La conducta de comer es una conducta que hacemos
habitualmente y en muchas ocasiones la realizamos de forma totalmente
automatizada. Nuestra relación con la comida es esencial y refleja las
actitudes que tenemos hacia el entorno y hacia nosotros mismos. La alimentación
con atención plena es una práctica que nos hace conscientes de nuestras propias
acciones, pensamientos, sentimientos y motivaciones.
¿QUÉ ES?
La alimentación consciente es darse cuenta de las
oportunidades positivas y nutritivas disponibles en la selección y preparación
de los alimentos.
Usar todos los sentidos corporales para elegir la comida que
es satisfactoria y nutritiva para el cuerpo.
Reconocer las respuestas a la comida sin juzgar: si la
comida me gusta, si la comida no me gusta, o si la comida me es neutra.
Tomar conciencia de las señales físicas de hambre y saciedad
para poder guiar nuestras decisiones al comienzo y al terminar de comer.
BENEFICIOS
- Reconectarse
con la sabiduría innata sobre el hambre y la saciedad
- Ofrece
la posibilidad de liberarse de patrones reactivos en torno a la comida y
la alimentación
- Nutre
el cuerpo y el alma
- Permite
tomar decisiones más saludables, a diferencia de las dietas, que pueden
provocar sentimientos de privación
- Aporta
conciencia de tu relación con otras personas y seres
ALGUIEN QUE COME CON ATENCIÓN PLENA
- Reconoce
que no existe una forma correcta o incorrecta de comer, sino distintos
grados de conciencia en torno a la experiencia de la comida
- Acepta
que sus experiencias gastronómicas son únicas
- Es
un individuo que, por elección propia, dirige su atención a comer momento
a momento
LOS 8 PASOS PARA COMER CON ATENCIÓN PLENA
- Comenzar
por la lista de compras: considere el valor nutritivo de cada artículo
de su lista y apéguese a ella para evitar compras impulsivas. Llene la
mayor parte de su carrito con frutas y verduras.
- Asegurarse
de tener apetito cuando se siente a comer, pero no cuando tenga hambre
voraz: si se salta las comidas, es posible que esté ansioso por llenar
su estómago y su primera prioridad sea llenar ese vacío en lugar de
disfrutar la comida.
- Comenzar
por una pequeña porción: es útil limitar el tamaño del plato a 22
centímetros o menos.
- Apreciar
la comida: haga una pausa antes de comenzar a comer para contemplar
todo lo que se necesitó para llevar la comida a su mesa. En silencio,
exprese su gratitud por la oportunidad de disfrutar de una comida
deliciosa.
- Poner
todos los sentidos en la comida: cuando cocine, sirva y coma sus
alimentos, esté atento al color, la textura y el aroma. Mientras mastique
la comida, intente identificar todos los ingredientes y los condimentos.
- Comer
bocados pequeños: es más fácil saborear la comida por completo cuando
la boca no está llena.
- Masticar
bien: mastique bien hasta que pueda saborear la esencia de la comida
(puede ser alrededor de 20 a 40 veces cada bocado, dependiendo de la
comida). Es posible que se sorprenda de todos los sabores que se liberan.
- Comer
despacio: dedique al menos 5 minutos a comer conscientemente antes de
conversar con sus compañeros de mesa.
¿EVIDENCIAS?
Héctor Morillo en 2019 realizó un ensayo aleatorizado por
clústeres con el objetivo de evaluar la efectividad de un programa adaptado de
alimentación consciente (Mindful Eating) para reducir el comer emocional en
adultos con sobrepeso u obesidad.
El estudio estuvo compuesto por 76 adultos con sobrepeso u
obesidad en la ciudad de Zaragoza, España, tomando un programa de alimentación
consciente durante 7 sesiones impartidas por un psicólogo capacitado.
Resultados: reducción significativa en el comer
emocional antes y después del programa de alimentación consciente y reducción
del número de atracones.
Conclusiones: la alimentación consciente fomenta la
tolerancia a la angustia y los mecanismos de adaptación positivos, esto lleva a
un mayor éxito en el manejo de los deseos e impulsos, un estilo de ajuste
activo, flexible y comprometido y a un mayor control del peso a largo plazo.

La educación en tiempos de pandemia
Ya empezó el ciclo escolar a distancia y parece que todos
estamos a prueba. El tema de la educación y las escuelas ha sido muy polémico
desde el inicio de la pandemia. Las escuelas se vieron forzadas a cerrar y a
reinventarse de un día al otro, con la enorme carga de tener que lograr lo
mismo cuando todos los medios se volvieron distintos. Casi 6 meses después, la
situación sigue igual y los niños no han podido regresar.
Es una realidad que ha tenido un impacto significativo en la
vida emocional de los niños. Las escuelas tienen un enorme valor, mucho más
allá de la transmisión de conceptos, ya que hoy en día la información la
tenemos en nuestras manos con un simple clic. Son un lugar de encuentro, un
espacio para crear vínculos, crear conocimiento con sus pares, aprender a
resolver conflictos y a desarrollar diversas habilidades socioemocionales. Todo
esto no se puede llevar a cabo de manera idónea en este momento.
Es fundamental recordar que estamos en una situación de
CRISIS a la mitad de una pandemia. Ante una crisis echamos mano de todos
los recursos que tenemos. Es una situación que genera mucha ansiedad, tanto por
la naturaleza de la crisiscomo por la incertidumbre que nos abruma. Lo que
estamos viviendo no es lo ideal, pero es lo que hay. No hay que detener ni
frenar la educación porque no la sabemos acompañar, ya que los únicos afectados
serán los hijos.
Algunas de las dificultades socioemocionales a las que nos
hemos enfrentado en los últimos meses son: la casa no el mismo espacio ni
ambiente que un salón de clases; en muchos casos los padres de familia no
tienen la paciencia, la preparación y las herramientas académicas para asistir
a sus hijos en este proceso; ante todo el ajuste los niños se encuentran poco
motivados para aprender; es una realidad que los niños se comportan diferente
en casa que en la escuela: la casa y los papás son su refugio, el lugar seguro
donde pueden expresarse libremente. Las habilidades sociales, que son una parte
esencialmente valiosa de la escuela presencial, se han visto limitadas.
No podemos funcionar como antes y es imposible pensar que en
la escuela nuestros hijos van a lograr lo mismo que lograban en el pasado, en
un ambiente escolar “normal”, bajo un esquema que funciona para ese propósito.
Es primordial aceptar que tenemos que ajustar nuestras expectativas y poner
prioridades, siendo siempre la más importante la salud mentalde nuestros hijos.
Los niños están estresados, tristes y enojados por la
situación en sí. Como padres tenemos más herramientas y madurez para guiarlos y
apoyarlos.
Si eligieron el método de homeschooling es importante poder
manejar el doble rol mamá-maestra / papá-maestro de la mejor manera. Puede
resultar confuso y frustrante para los niños. A veces los padres exigen más a
los niños de lo que es necesario o tienen expectativas diferentes a las
esperadas para la fase de desarrollo en la que se encuentran los hijos.
Si los niños están siguiendo la educación a distancia en la
escuela, estar muchas horas frente a la pantalla con varias actividades que
puede ser que no comprendan completamente, sin una comunicación clara, ni
interacción formal, puede llegar a frustrar mucho a los alumnos. Como padres
debemos comunicarnos con la institución y la maestra para trabajar en equipo y
asegurarnos que el ambiente en casa en estos momentos sea el más cuidado
posible. De esta forma puede bajar el estrés en los niños; con altos niveles de
estrés, el aprendizaje se ve interrumpido. Es importante bajar y ajustar
nuestras expectativas, los niños van a aprender a pesar de todo. No van a
aprender igual ni la misma cantidad, pero tendrán la mayor parte de los
aprendizajes claves.
El área social ha sido la más afectada. El distanciamiento
social ha causado mucha angustia, tristeza y enojo. Es imprescindible que
cada familia defina de que manera lo quiere manejar, no hay que dejarlo de lado
simplemente encontrar formas nuevas.
Es importante:
- Establecer
rutinas: hacen que el mundo se vuelva predecible, dan contención y
estructuran el mundo externo, por lo tanto, el mundo interno.
- Preparar
el espacio y el ambiente, un lugar que invite al aprendizaje, donde se
puedan concentrar (iluminación, menor ruido posible, materiales
disponibles)
- Respetar
el tiempo y el espacio del que está “en clase”
- Acompañar
a los niños más pequeños, ir fomentando la independencia en las áreas que
puedan realizar ellos solos
- Fomentar:
la adaptación a una nueva realidad, la tolerancia a la frustración, una
actitud positiva y la resiliencia
- Papás:
tener paciencia, cuidar la forma, el modo y el tono
- Incorporar
el aprendizaje a la vida cotidiana
- Con
niños pequeños ayudar a darle un enfoque lúdico: favorecer el juego tanto
estructurado como libre en casa
- Que
tu hijo te guíe; son muy inquisitivos y curiosos
- Reforzar
y reconocer lo positivo
- Cuidar
la parte emocional y el vínculo
Que las cosas han cambiado y la escuela es distinta no
necesariamente tiene que ser todo negativo. Si tomamos en cuenta que los 4
pilares de la educación son: aprender a ser, aprender a hacer, aprender a
conocer y aprender a convivir, nos damos cuenta de que las habilidades más
importantes que necesitan saber nuestros hijos podemos ayudar a desarrollarlas
en esta nueva realidad. Los niños ahorita están aprendiendo otras habilidades
sumamente importantes (la resiliencia, resolución de conflictos, adaptación al
cambio y TODOS los conocimientos de la vida cotidiana que pueden brindarles los
papás).
Es fundamental que como papás estemos presentes, que los
acompañemos físicamente, pero lo que es más importante es que estemos
disponibles emocionalmente. La vida emocional y el vínculo deberían de ser la
prioridad en todo momento.
*Lee Ann Seifert es psicoterapeuta de Ányma. Agradecemos su
colaboración para la realización de este texto.

El juego y sus beneficios en los niños
“El juego es el lenguaje del niño y los juguetes son sus
palabras”.
Garry Landreth, fundador del Centro para la Terapia
del Juego
El psicólogo ruso Lev Vygotsky menciona que el juego es una
herramienta que ayuda a los niños a reproducir las actividades sociales, el
contacto con otras personas y a aprender roles.
El juego tiene poderes curativos si se da en un ambiente
cálido, amigable y en el que los niños tengan soltura para jugar. Los ocho
poderes curativos del juego son:
- Comunicación
- Regulación
emocional
- Mejora
de la relación
- Juicio
moral
- Manejo
del estrés
- Fortalecimiento
del yo
- Preparación
para la vida
- Autorrealización
El juego les brinda a los niños muchos beneficios en la
vida. Además de que es divertido, ayuda a fomentar la creatividad, la
educación, las interacciones con otros niños y adultos, la comunicación, y es
una herramienta que los ayudará a aliviar el estrés.
Cuando los niños juegan, aprenden a tolerar mejor la
frustración, regular sus propias emociones y destacar o mejorar en una tarea
que les guste y les salga muy bien.
Jugando, los niños tendrán la oportunidad de dominar
su mundo y expresar su personalidad global. Comunicarán sus deseos y
necesidades, sus percepciones, su manera de interpretar el mundo y las
posibilidades de sus habilidades y limitaciones.
¿Cómo jugar con los niños?
- Permitir
que ellos tengan la iniciativa, sin dirigirlos
- Que
el juego sea libre y espontáneo
- No
hay que agobiarlos si no juegan como nosotros esperamos
- Jugar
con diferentes canciones y rimas ayudará a desarrollar el lenguaje
Referencias
Schaefer, C. E. (2012). Fundamentos de terapia de juego,
segunda edición. México: Manual Moderno.

Cada 40 segundos se suicida una persona
En el mundo se suicidan más de 800 mil personas cada año, siendo esta la segunda causa de muerte en jóvenes de 15 a 29 años de edad. Es por esto que, desde el 2003, la Organización Mundial de la Salud celebra cada 10 de septiembre el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Al ser este un grave problema de salud pública, diversos organismos de salud realizan estrategias para prevenirlo, tales como la restricción del acceso a medios de suicidio, la formación del personal sanitario y, muy importante, la psicoeducación de la sociedad para aprender a detectar conductas de riesgo.
Pero aquí viene la gran pregunta: ¿Por qué la gente se suicida? El suicidio es una situación multicausal; es decir, que es el resultado de un cúmulo de circunstancias que llevan a una persona a terminar con su vida, en las que intervienen factores psicológicos, sociales, biológicos, culturales y ambientales. Dentro de las principales causas de suicidio se encuentran las enfermedades mentales: depresión, trastornos por consumo de alcohol, abuso de sustancias, violencia y pérdidas.
El suicidio es todo caso de muerte que resulte, directa o indirectamente, de un acto, positivo o negativo, realizado por la víctima misma, sabiendo ella que debía producir este resultado (Hernández-Bringas & Flores-Arenales, 2011). La OMS plantea que, si bien el suicidio no es necesariamente la manifestación de una enfermedad, los trastornos mentales sí son un factor asociado con el suicidio muy importante. Algunos estudios realizados en distintos países revelan una prevalencia total de entre 80 a 100% de trastornos mentales en casos de suicidio consumado.
Pero hay un enemigo silencioso en esta ecuación, el estigma, la falta de diálogo alrededor del suicidio, el miedo a hablarlo, pensar que el solo mencionar la palabra suicidio puede motivar a alguien a hacerlo, cuando es todo lo contrario. Si en nuestro entorno nos abrimos a hablar de este tema y normalizamos la expresión de nuestras emociones, podemos ayudar a que si hay alguna persona a nuestro alrededor pasando por un momento complicado, se sienta con la confianza y libertad de decir cómo se siente, y sobre todo pedir ayuda.
En VALE LA PENA buscamos brindarle al público un espacio de confianza en el que pueden recibir contención y orientación para tratar su situación con el especialista en salud mental que mejor se adecua a su circunstancia. Es una iniciativa dedicada a prevenir el suicidio y brindar apoyo en materia de salud mental, mediante la psicoeducación, a personas con depresión, ansiedad, conductas autolesivas, trastornos de la conducta alimentaria y adicciones. Surgió a partir de la necesidad de mejorar los servicios de prevención de suicidio en México.
Es por esto que hoy nos unimos al mundo entero para conmemorar el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Habla, si te sientes triste, solo, sin esperanza, nada te motiva y piensas que el mundo podría estar mejor sin ti, habla, expresa cómo te sientes, no te quedes callado y pide ayuda.
Referencias:
Hernández-Bringas, H., & Flores-Arenales, R. (2011). El suicidio en México. Papeles de Población, 17 (68), 69-101
Organización Mundial de la Salud. (2000). Prevención del suicidio, un instrumento para médicos generalistas, trastornos mentales y cerebrales. Estadísticas sanitarias mundiales, Departamento de salud mental y toxicomanías, tomado de http://www. who.int.
Organización Mundial de la Salud. (2014). Prevención de suicidio. Un imperativo global. Tomado de http://www.who.int/mental_health/suicide-prevention/world_report_2014/es/
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